03 de Julio, 2009

Con emotiva ceremonia Programa CreeME gradúa a Microempresarios

52631_1.jpgLos emprendedores recibieron asesorías de la Clínica de Microempresas de la Facultad de Economía y Negocios y de la Clínica Jurídica de la Facultad de Derecho.

Con una emotiva ceremonia de graduación realizada el 1 de julio, se clausuró la octava versión de la Clínica de Microempresas, gestionada por el Programa CreeMe de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile.

En esta versión se capacitaron 18 microempresarios en temas comerciales y jurídicos. Los participantes durante cuatro meses fueron apoyados en su propio lugar de trabajo por 60 alumnos de las carreras de Ingeniería Comercial, Derecho e Ingeniería en Control de Gestión y Auditoría.

En esta oportunidad, el programa además contó con el apoyo de las organizaciones Un Techo para Chile, CENDA y Acción Emprendedora, quienes participaron en el reclutamiento de los microempresarios.

En la ceremonia, presidida por Mario Morales, académico de la Clínica de Microempresas de la Facultad de Economía y Negocios, Alicia Bobadilla, académica de la Clínica Jurídica para Microempresarios de la Facultad de Derecho y Gabriela Valenzuela, Directora Ejecutiva del Programa CreeME, cada uno de los empresarios recibió un diploma por su participación en el programa, así como su Informe de Asesoría.

"Nos gratifica mucho poder decir que la Universidad de Chile representa a todos los chilenos"

En su discurso el Prof. Mario Morales enfatizó que con esta experiencia los alumnos aprenden tanto o más que los microempresarios participantes. "Ya que no sólo aplican lo aprendido en la sala de clases, si no que pueden conocer las experiencias de vida de los emprendedores y les permite acercarse a una realidad de la cual estaban alejados. Asimismo vieron que caerse no es grave, que lo importante es aprender a pararse".

El académico enfatizó que estas iniciativas permiten "construir el país que queremos tener, con desarrollo económico y también más equitativo y más justo. Nos gratifica mucho poder decir que la Universidad de Chile representa a todos los chilenos".

Asimismo, la profesora Alicia Bobadilla señaló que "los alumnos no sólo compartieron sus conocimientos con los emprendedores sino que también aprendieron el empeño, el empuje y el tesón para sacar adelante sus negocios. El desafío que queda para cada uno de los microempresarios es que incorporen la organización jurídica en sus negocios para que tengan mayores oportunidades en el sistema público y gubernamental. Si tienen dudas, los invito a que no pierdan el contacto con la Clínica Jurídica, donde siempre van a encontrar apoyo y una orientación adecuada". En el mismo sentido, la directora de CreeME Gabriela Valenzuela los instó a generar redes, a participar en las clases de AprendeEmpresa y a seguir trabajando en conjunto con la Universidad.

"Ahora puedo decir que tengo una microempresa"

Producción de plantas y jardinería, bazar, venta de comida, confección de ropa de colegio, movimiento de tierra, artesanía en cuero, peluquería y hasta un cybercafé son algunos de los rubros de los microempresarios participantes.

Fernando Bruzzone, uno de los microempresarios asesorados entregó algunas emocionadas palabras durante la ceremonia. "Yo en mis 61 años, nunca había entrado a la Universidad. Ahora puedo decir que pasé de verdad por la Universidad. Recordando como comenzó su experiencia, contó que "al principio de las asesorías pensaba que no tenía nada, que mi vivero no era nada. Ahora puedo decir que, gracias a los profesores y a los alumnos, tengo una microempresa. Puedo decir con orgullo: ¡vayan a mi vivero! Después de sacar las cuentas, puedo ver que partí con $100.000 y ahora tengo $1.600.000". Al finalizar sus palabras, don Fernando hizo un llamado: "Sigan apoyando a gente como yo, que vive en un campamento y que no tenía nada y ahora, miren, tengo un negocio". En el mismo tenor, otras empresarias también valoraron la experiencia y las nuevas herramientas que conocieron en el programa.

Angélica González, que tiene un negocio de fabricación y ventas de empanadas, cuenta que "quedé súper contenta y aprendí harto. Los alumnos me ayudaron en la organización de mis ventas y ganancias. Pude conocer, a través de unas encuestas, cómo ve el comprador mi negocio. También recibí apoyo en el tema legal, porque todavía no estoy legalizada. Me explicaron cómo hacer todos los trámites con la Municipalidad". Angélica, explica que si bien no dudó que recibiría apoyo, nunca pensó que sería una experiencia tan enriquecedora y gratificante: "Esta asesoría me ayudó a ver las cosas de forma mucho más positiva y a sacarle más valor a lo que yo hago. Me permitió valorarme más como empresaria y como persona. Una se menosprecia, se dice "microempresaria...es algo tan chico". Sin embargo, ese microempresario, que parte de algo tan pequeño, empieza a ser más grande y a darle trabajo a otras personas", concluyó.


El caso de Elba Aliante, empresaria del rubro del movimiento de tierras, fue expuesto por los alumnos asesores durante la ceremonia. Al respecto, la microempresaria destaca que la asesoría fue una experiencia muy valiosa. "Ahora ya puedo decir, al igual que don Fernando, que pasé por la Universidad. Las alumnas que trabajaron conmigo tuvieron siempre muy buena disposición. Lo que más yo quería es que me ayudaran con las platas. Sabía cuanto ganaba, pero no sabía ordenarme. También estamos trabajando el tema de cambiarme de persona natural a persona jurídica. Para mí eso va a ser mucho más favorable en mis relaciones con el banco".


Marina Guenante, dueña de un salón de belleza, también recalca que fue muy importante la relación que formó con las alumnas. "Mi idea es seguir involucrada con ellas para aprender más conocimientos para manejar mi empresa". En ese sentido explica que "sabemos cómo trabajar el negocio, pero la parte administrativa es algo muy complejo y muy engorroso para nosotras. Gracias a que las chicas estuvieron ahí, apoyándonos y dándonos todas las ideas y pautas de cómo hacerlo, se nos aclararon las dudas".