Generación 2024 de la Escuela de Desarrollo de Talentos (EDT) se graduó en la FEN U. de Chile junto a la rectora Rosa Devés

La ceremonia realizada en el Aula Magna de la Facultad de Economía y Negocios reconoció el esfuerzo de la undécima generación de la EDT, que durante dos años se preparó para acceder a la educación superior. El acto reunió a autoridades universitarias, representantes del Mineduc, municipios y aliados estratégicos, y cerró con el Premio “Espíritu EDT” a uno de sus estudiantes.

La mañana del jueves 11 de diciembre, la Generación 2024 de la Escuela de Desarrollo de Talentos (EDT) de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile vivió su ceremonia de graduación en el Aula Magna de la FEN. El encuentro contó con la presencia de la rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés; del vicedecano de la FEN, Enrique Manzur; del secretario ejecutivo de Educación Media Técnico Profesional del Ministerio de Educación, Cristian Lincovil; además de autoridades municipales, representantes de liceos y de las instituciones aliadas de la EDT.

Durante la bienvenida se recordó que la Escuela de Desarrollo de Talentos trabaja con estudiantes de establecimientos públicos, subvencionados y de la educación técnico-profesional para disminuir las brechas de acceso a la educación superior. A través de clases, acompañamiento personalizado y apoyo socioemocional, la EDT busca que jóvenes de distintos lugares del país puedan desarrollar su talento y acceder a una formación de calidad. En estos 13 años, el programa ha acompañado a más de 600 estudiantes, de los cuales más de 155 ya son profesionales.

«En representación de la U. de Chile, vengo a celebrarles y a decirles que son importantes no sólo para nuestra Universidad, sino también para el país”, dijo la Rectora Devés en la ceremonia. “Ustedes son ejemplo e inspiración para otros y otras en sus establecimientos, en sus familias y en sus comunas. Cada uno de ustedes representa a la U. de Chile, a la institución que queremos ser, una que se esfuerza y que se sabe relacionar con otros distintos, que se atreve a hacerlo. Programas como éste son clave para demostrar que somos una universidad plural y diversa, que estamos contentos de que las personas piensen distinto y que en la U. de Chile encuentren un espacio para eso», agregó.

La ceremonia incluyó un reconocimiento a las alianzas que hacen posible el funcionamiento del programa. Se distinguió a Eagon Lautaro, Puntaje Nacional y la Caja de Compensación La Araucana, junto con la Fundación Chileno Americana y la Compañía Sudamericana de Vapores, además de los municipios de Peñalolén y Lo Espejo, cuyos aportes han permitido incorporar estudiantes de distintas regiones y desarrollar actividades académicas y recreativas. También se dio la bienvenida a nuevos aliados: Bridge Venture Group, Enthalpy y Raico, empresas que se suman al desafío de apoyar el talento de jóvenes de contextos vulnerables.

Uno de los momentos más emotivos fue la entrega de diplomas a los estudiantes de la G24, que durante dos años participaron en clases presenciales y online, conectándose cada semana desde la Región Metropolitana, La Araucanía, Aysén y Valparaíso.

Tras la certificación, la estudiante Jahel Yevilao, del Colegio Salesiano Domingo Savio, compartió un testimonio en representación de su generación. Recordó los desafíos del programa y el rol del equipo docente: “Mientras iba pasando el tiempo las cosas fueron más difíciles, era un ritmo nuevo… muchas veces nos frustramos y nos estresamos porque sentíamos que no íbamos a poder cumplir”, señaló, para luego enfatizar el apoyo recibido de profesoras, profesores, tutores y psicólogas. “El día de hoy, este programa nos despide tras dos años… todo valió la pena, porque ya llegamos hasta aquí, llegamos con más habilidades, más seguridad y con recuerdos que quizás no habríamos tenido si hubiéramos decidido irnos cuando se puso más difícil”.

La jornada contempló además el reconocimiento “Espíritu EDT”, que distingue a la estudiante o el estudiante que encarna de mejor forma los valores del “código no hay excusas”: excelencia, mérito, esfuerzo, superación, servicio, humildad y gratitud. En esta generación, el premio fue otorgado a Axel Zúñiga, quien recibió su galardón de manos de la rectora Rosa Devés.

Un programa de actividades culturales y recreativas

La ceremonia de graduación se enmarcó en el Encuentro Anual de la Escuela de Desarrollo de Talentos que incluyó otras actividades.

Como la EDT es parte de la FEN, no podía quedar fuera la economía. Por eso, los estudiantes asistieron a una charla del profesor Óscar Landerretche. Con su particular estilo, el profesor Landerretche hizo un recorrido histórico sobre el orígen del dinero que cautivó a los estudiantes de principio a fin.

Además, los jóvenes tuvieron la oportunidad de disfrutar una conversación con el periodista, director, guionista y músico Álvaro Díaz, uno de los creadores del programa Plan Z y del fenómeno infantil “31 Minutos”, cuya música ha llegado a escenarios como Lollapalooza, el Festival de Viña del Mar y el Tiny Desk.

La actividad, realizada el día previo a la graduación, reunió a la comunidad EDT en torno a la creatividad, el humor y la cultura pop, reforzando la idea de que el talento puede abrir caminos diversos y que la educación también dialoga con las artes y los referentes que han marcado a generaciones de niñas, niños y jóvenes.

Adicionalmente, los estudiantes de la EDT tuvieron la oportunidad de conocer el Banco Central, donde visitaron el Museo Numismático, luego recorrieron el Museo Precolombino y también conocieron la nuevo Centro de Extensión Artística y Cultural (CEAC) de la Universidad de Chile, allí participaron en una charla con las integrantes del Cuarteto Vila y luego presenciaron un concierto de música de cámara en la Gran Sala Sinfónica Nacional.

Tras la ceremonia de graduación de la G24, todo el equipo de la EDT con sus estudiantes se trasladaron al Parque La Araucana que facilitó la Caja de Compensación La Araucana para disfrutar de una tarde de piscina.

Con esta agenda de diversas actividades, la Escuela de Desarrollo de Talentos cerró un año en que volvió a demostrar que, cuando el talento cuenta con oportunidades, es posible transformar trayectorias personales, familiares y comunitarias.