José De Gregorio advierte sobre los riesgos cambiarios en Argentina y lo compara con la experiencia chilena en conferencia del PIIE

En el panel organizado por el Peterson Institute for International Economics (PIIE) bajo el título The Argentina-IMF saga’s new season, José De Gregorio, decano de la FEN UCHILE y Nonresident Senior Fellow del PIIE, ofreció un análisis profundo de la reciente aprobación del 23.º programa del FMI para Argentina y estableció paralelismos históricos con Chile.

De Gregorio participó junto con Carmen M. Reinhart (Harvard Kennedy School) y Alejandro Werner (Nonresident Senior Fellow, PIIE), bajo la moderación de Maurice Obstfeld (C. Fred Bergsten Senior Fellow, PIIE). El panel de discusión se convocó tras la aprobación del programa del FMI que busca respaldar el proceso de desinflación, reordenar el régimen cambiario y fortalecer el marco monetario en Argentina. De Gregorio destacó que “por primera vez en la historia, un presidente argentino está obsesionado con la consolidación fiscal, la reducción del tamaño del Estado y la desregulación de la economía para restablecer la estabilidad y el crecimiento”.

El economista y ex presidente del Banco Central enfatizó la magnitud y la complejidad de los desafíos: sostener la baja de la inflación, recuperar acceso a mercados, reforzar reservas y consolidar el respaldo político a políticas racionales de mediano plazo.

Evaluación del ajuste fiscal en Argentina
De Gregorio reconoció en su intervención que, pese a la retórica “no tradicional y disruptiva” del gobierno de Javier Milei, “después de mirar los números, debo admitir que están haciendo las cosas correctas; han emprendido un ajuste fiscal enorme, del orden de 5% del PIB, lo cual es muy difícil y, si se orienta bien, puede marcar un punto de inflexión”. Señaló que este ajuste es “un símbolo de éxito en Argentina” porque permite aliviar la presión inflacionaria y liberar al Banco Central de financiar el déficit, tarea pendiente en la última década.

Al mismo tiempo, advirtió: “Aunque la evolución de la inflación muestra una caída rápida, con tasas mensuales cerca de 1,5%, el nivel general sigue en dos dígitos y depende de mantener la disciplina fiscal y la independencia monetaria”. Subrayó que la consolidación exige evitar financiamiento monetario del déficit y comunicar con transparencia las metas de inflación y las reglas de actuación del banco central.

Analogías históricas con Chile
Un punto central de su análisis fueron las semejanzas con episodios de la economía chilena en los años finales de la década de 1970. De Gregorio afirmó: “Esta estrategia recuerda mucho lo que hizo Chile en ese período, con un ‘crawling peg’ cuya depreciación estaba por debajo de la tasa de inflación, acumulando una apreciación real significativa”. A partir de datos de tipo de cambio real, comentó que hoy Argentina muestra una apreciación notable frente a promedios de largo plazo, lo que implica el riesgo de un ajuste futuro que eleve temporalmente la inflación pero, según su visión, “sería una corrección ordenada si se evita caer en crisis de confianza profundas”.

El decano de la FEN UCHILE apuntó que “en algún momento tendrán que desmantelar controles cambiarios y lograr una mayor flexibilidad; cómo se haga será clave: un realineamiento bien gestionado puede ser transitorio del lado inflacionario, como sucedió en Chile en los 80, donde tras el ajuste la inflación llegó a niveles bajos en un marco de estabilidad” . Asimismo, enfatizó la importancia de combinar apertura de capitales con salvaguardas prudenciales y reforzar las reservas internacionales, lecciones tomadas de la experiencia chilena.

Desafíos cambiarios y recomendaciones de política
En materia cambiaria, De Gregorio puntualizó: “El verdadero talón de Aquiles es el tipo de cambio: si no se maneja con cuidado, el ajuste puede derivar en repuntes inflacionarios que minen la credibilidad. Un banco central fuerte, con metas de inflación claras y flexible tipo de cambio, es esencial”. Añadió que, pese a la eliminación inicial de algunos controles, subsisten restricciones y el desafío es “cómo ingenierizar la corrección cuando llegue el momento, de modo que el aumento de inflación sea transitorio y no derive en una crisis cambiaria”.

Recomendó reforzar la autonomía del Banco Central, comunicar criterios de política monetaria con transparencia y mantener un compromiso duradero con la disciplina fiscal para anclar expectativas. Enfatizó: “Si se recurre a atajos populistas en el corto plazo, se sacrifica la sostenibilidad a mediano plazo; Argentina debe transitar ‘como adultos’ hacia un marco macroeconómico creíble, aprendiendo de las experiencias chilenas”.

Perspectivas políticas y riesgos electorales
En el panel organizado por el Peterson Institute for International Economics (PIIE), De Gregorio advirtió que el verdadero desafío político aparecerá de cara a las elecciones intermedias de octubre: “Habrá presión para suavizar el ajuste fiscal o retrasar correcciones cambiarias para mostrar resultados inmediatos, pero ceder a esas tentaciones puede comprometer la desinflación y la credibilidad de las políticas”. Recordó que Chile enfrentó momentos políticos complejos al reorientar política fiscal y cambiaria, y que la credibilidad adquirida resultó clave para evitar reversiones bruscas.

Concluyó que Argentina, tras una década de estancamiento y caída relativa frente a economías comparables, ha emprendido un ajuste fiscal notable y empezado a estabilizar el tipo de cambio de modo incipiente. Sin embargo, “la ventana de oportunidad existirá solo si se mantiene el rumbo ante presiones políticas y se refuerza la autonomía monetaria; de lo contrario, los logros serán efímeros”.