Sustentabilidad en la industria minera en Chile

Reinalina Cheverría, directora del Observatorio de Sostenibilidad del Departamento de Administración de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile, entrega su visión sobre la  sustentabilidad en la industria minera en Chile. 

 

La docente indica que el desarrollo sostenible exige una mirada integral para abordar los temas complejos e interdependientes que marcarán las agendas: “La sociedad civil, donde participan las empresas y universidades, no podemos estar distantes de estos debates”, puntualiza. 


¿Cómo ha evolucionado la sustentabilidad en la minería?
La sustentabilidad económica en la industria minera ha venido de la mano del precio de los comodities. La caída de los precios del cobre, por ejemplo, ha hecho disminuir la última línea de las empresas impactando en la productividad, disminución de costos y en parte, en el crecimiento de la economía chilena. Menos precio, menos ingresos para la industria.

 

Mientras que, el pilar de la sustentabilidad ambiental, temas como el consumo de agua y los precios de la energía ha posibilitado que la industria vea en la desalinización y energías no convencionales una salida al crítico escenario que se logró sortear con la Agenda 2050 y el esfuerzo en inversión en eficiencia energética realizado por las grandes empresas, aunuqe no todas las empresas se han movido al mismo ritmo y velocidad.


Finalmente, el pilar de la sustentabilidad social ha visto disminuir en costos, intentando no afectar la producción final y algunas huelgas en algunas empresas han dado señales de aquello.

Si miramos el largo plazo con ojos de sostenibilidad, estamos en un momento de transición y de oportunidades para quienes sepan leer el entorno. Los desafíos están para la minería más allá del cobre, específicamente el litio y cobalto. Se deberían recoger todos los aprendizajes de la minería del cobre en materias de sostenibilidad económica, social y ambiental.

 

¿Qué nos falta en esta área para llegar a ser reconocidos mundialmente?
La industria se mueve hacia la incorporación de nuevos temas como gobernanza, derechos humanos, equidad de género, relaciones con las comunidades indígenas, anticorrupción, consumo de agua, eficiencia energética y todo aquello que ayude a disminuir el calentamiento global y estos son son estándares en los que Chile puede mejorar su reputación. Los inversionistas quieren disminuir riesgos no solo financiero. De hecho, hoy las principales pérdidas de valor se encuentran en los temas sociales y ambientales como  la corrupción y falta de transparencia. 

 

¿Existe un trabajo o proyecto sustentable con las comunidades cercanas a las mineras?
En Chile las empresas mineras, individualmente, han realizado inversión social desde la década de los noventa con fundaciones o aportes directos. Sin embargo, la sostenibilidad significa alinearse a estrategias de desarrollo regional con el sector público-gubernamental. Allí está el principal desafío. Los objetivos del desarrollo sostenible plantean una mirada integral e indivisible, donde la minería como sector, puede hacer un nuevo y verdadero aporte al país. Imposible seguir insistiendo con donaciones en la comunidad. Este ciclo se agotó. Empresa, estado y sociedad civil requieren preparar los escenarios en ciernes, con diálogo y acuerdos monitoreables. Los proyectos o donaciones son materia aprobada. Hay que contribuir a los retos de la cooperación para el siglo veintiuno.

 

¿Desde las universidades se trabaja este tema con los estudiantes?
La Facultad de Economía y Negocios está en esa dirección. Sin embargo, como país existe la creencia que el tema es ambiental o económico y no un nuevo modelo de ser empresa y de desarrollo al que aspira la humanidad. Todos nos debemos alinear al desarrollo sostenible. No hay otra. Incluso la CPC lo dejó claro en su acuerdo de Las Majadas. Hay que formar profesionales y técnicos que desarrollen una mirada integral sobre el devenir de los impactos para aportar soluciones razonables y éticamente aceptables porque los problemas son complejos e interdependientes. Chile no tiene un plan de desarrollo de largo plazo acordado por todos los sectores del país. Así lo han hecho todos aquellos países que admiramos por sus índices de crecimiento y desarrollo.