El Grupo de Política Monetaria manifestó que "el crecimiento de la actividad interna se recupera lentamente, lo que posterga el cierre de las brechas de actividad y empleo locales. Por otra parte la desaceleración global exacerbada por medidas proteccionistas y guerra comercial está generando caídas en el precio de materias primas y una intensificación del estímulo monetario internacional lo que puede, eventualmente, presionar a la apreciación del peso y transmitir presiones deflacionarias externas".
Finalmente concluyeron que en este contexto, el GPM recomienda mantener la Tasa de Política Monetaria en su actual nivel de 2,5%, enfatizando un sesgo a la baja y que el momento y monto de su próximo movimiento dependerá, fundamentalmente, de la evolución del escenario externo de donde provienen los principales riesgos.