Ciclo Democracia Representativa y Participación ¿Parlamento unicameral o bicameral?

Comenzamos un nuevo ciclo de charlas sobre “Democracia representativa y participación”, que incluirá 6 sesiones en las que se verán temas sobre partidos políticos, sistema electoral, elementos de democracia directa, leyes y su proceso de formación, todos muy relevantes para entender de mejor forma el debate constitucional. El primer tema del ciclo es uno de los que genera más dudas y preguntas, de cómo debe configurarse nuestro poder legislativo, ¿Parlamento unicameral o bicameral?

 

En esta oportunidad, participaron en la conversación la académica del Instituto de Asuntos Públicos de la U. de Chile, María Cristina Escudero, y Tomás Jordán, académico de la facultad de Derecho de la Universidad Alberto Hurtado.

 

La académica María Cristina Escudero hace mención de la discusión pública en cuanto a avanzar hacia un sistema unicameral, para lo cual explica los argumentos a favor y en contra de los diferentes sistemas, algunos argumentos históricos y un análisis comparado. No obstante, parte aclarando que “...cuando estamos viendo un Congreso unicameral v/s bicameral, estamos viendo un sistema institucional que tiene muchas piezas, y una de esas piezas es el Congreso, pero la discusión actual que tenemos en Chile va muy de la mano con la deslegitimación de sus instituciones políticas, ...tiene que ver con todo este sistema, especialmente, con el tipo de presidencialismo que tenemos.... Y esta deslegitimación tiene que ver con la forma en cómo funciona la representación”  

 

“Entonces la primera reacción cuando una institución funciona mal es que hay que disminuirla, y desde el punto de vista de la representación es un error pensarlo así, porque nuestro Congreso que es la principal instancia deliberativa, donde se juntan a conversar y tratar de convencerse sobre las distintas políticas públicas, debe tener la cantidad suficiente de parlamentarios que logren interpretar los distintos intereses de una sociedad” apunta.  

 

El Congreso se convierte en una institución fundamental para la democracia por la labor de representación que tiene, argumenta la académica,  quien define argumentos en contra y a favor del unicameralismo;  por ejemplo, a favor: 1) se hace más eficiente el proceso legislativo al concentrar el poder del Congreso en una sola cámara;  2) se evita la superposición de funciones, y con ello eventuales conflictos y bloqueo entre las cámaras; 3) dependiendo del mecanismo de elección de sus miembros; la segunda cámara pueden actuar como agente obstaculizador del cambio querido por la mayoría; 4) los cambios de un sistema bicameral a unicameral, no necesariamente han provocado problemas al funcionamiento de las democracias. 

 

A favor de un sistema  bicameral, los argumentos entregados por María Cristina Escudero son que: 1) cuando el Congreso es bicameral existen más instancias de control al poder ejecutivo; en particular para sistemas presidencialistas; 2) permite combinar distintos principios de representación dentro del sistema, lo que es un mecanismo útil para sociedades muy heterogéneas, que necesitan una estructura institucional que integre distintos intereses; 3) cuando los bicameralismos son incongruentes, contribuyen a evitar el problema de la inestabilidad de políticas asociada a sistemas que usan reglas mayoritarias de decisión;  4) favorece un mejor y más profundo análisis de las decisiones legislativas, concluye la docente.

 

En consecuencia, concluye que hay más elementos a considerar al momento de evaluar si tener un sistema bicameral o unicameral. No es suficiente pensar en un sistema más rápido o eficiente o con más instancias de control del poder ejecutivo. Se debe visualizar la institucionalidad política general que tendrá el país, lo que incluye pensar en un régimen de gobierno y luego un régimen subnacional.

  

En tanto, Tomás Jordán en su comentario indica que "las fórmulas son muy diversas, tanto así que Chile es un Estado unitario y tiene bicameralismo histórico, e incluso las dos cámaras hoy en Chile son espejo, realizan la misma función, y no es fácil tomar las decisiones". Y asimismo, plantea la pregunta “Si tienes un Estado que deja de ser unitario, y se convierte en altamente regionalizado o federal, la pregunta es ¿cuál va a ser la representación nacional de esas regiones? O, si es necesario pensar en una cámara de representación regional, como en Alemania."

 

Lo importante, indica el académico, es que todo nuestro sistema termine siendo coherente, un sistema en el cual hay que tener a la vista un sistema de gobierno, el régimen político, el Congreso, la forma jurídica del Estado, y el sistema de partidos políticos que quieres tener. Menciona que "no es posible hablar del tipo de Congreso que quieres tener, sin hablar del régimen político y sin tener claridad del tipo de partidos que quieres tener". Y ahí hay dos variables "una es lo que se quiere y la otra es la tradición cultural política", señala Jordán.  

 

“Entonces cuando hablamos del tipo de Congreso y el tipo de régimen político, hay que preguntarse el tipo de partidos que queremos tener; porque si nos hacemos eco de la discusión pública, si pasamos a un sistema parlamentario debemos tener claro que los partidos políticos son el centro del gobierno” concluye.  

 

La moderación estuvo a cargo de Guillermo Larraín, académico de la Facultad de Economía y Negocios U. de Chile. Codirector de LEXEN.

 

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