Nueva Constitución: ¿alguna estrategia de salida?

* Publicada en Diario Financiero el 22 de abril

 

Para lograr desarrollo económico inclusivo es crucial contar con instituciones de calidad. Cuando las instituciones se vulneran en su independencia, autonomía o ámbito de acción, las sociedades difícilmente logran avanzar en desarrollo social y económico (Acemoglu, entre muchos otros). Esa es una de las principales lecciones que nos ha enseñado la revisión de historias de éxito y fracaso de sociedades en el pasado.

 

Asimismo, el desarrollo económico no se origina de las ganancias del comercio y la especialización, sino “de y con” un marco institucional de derechos de propiedad que permite que las ganancias del comercio y la innovación surjan a gran escala en la sociedad. De la Constitución de Ricardo Lagos difícilmente podríamos criticar vulneración de estas dimensiones; sin embargo, el camino que está tomando el nuevo borrador de la Carta Fundamental está enrareciendo estos aspectos tan cruciales y que han hecho justos y equitativos a gran parte del mundo desarrollado que queremos imitar.

 

¿Cómo disentir de la declaración de derechos de todos y todas en los ámbitos ético, de raza y de oportunidad, pero cómo no hacerlo también de aspectos clave como los que se mencionan más arriba, que finalmente son los que determinan la capacidad de los países para financiar el crecimiento inclusivo?
 

El escenario económico será gravitante para el plebiscito constitucional de salida, donde también incidirán la retracción en la aprobación del gobierno y el apoyo ciudadano que la Convención Constituyente no ha logrado concitar.

 

Se ha señalado que no es bueno mirar las encuestas y se asevera su menor capacidad predictiva. Grave error. Primeramente, no lo hicieron nada mal en la elección presidencial. Más importante, con voto obligatorio para el plebiscito de salida, las encuestas tienen mejor capacidad predictiva al colectar una muestra representativa del conocido padrón electoral. Ya no es necesario “adivinar” quiénes irán a votar. Cuando vemos que el rechazo supera el apruebo debemos tabular seriamente esta señal con la que la Convención Constitucional (CC) no ha logrado empatizar.

 

Algunos señalan que es necesario esperar el borrador de la Constitución para evaluar el voto. Esta aseveración se asemejaría a esperar que la casa esté construida para hacerle sugerencias estructurales al constructor. Claramente es mejor avisar antes que cuando ya es muy tarde. Hacia inicios de agosto la economía podría declararse en recesión técnica y la inflación difícilmente dejará de ser tema de preocupación. Ese escenario económico no colaborará para un voto reflexivo, en tanto las campañas del apruebo y rechazo levantarán una publicidad de extremos. La propuesta constitucional de la CC podría ser un evento de mayor polarización, con perdedores y ganadores que cuestionen la legitimidad del adversario.

 

En el período en que tendrá lugar el plebiscito, el bolsillo de los chilenos estará más determinado por el ingreso laboral y mucho menos por la aún alta liquidez presente gracias a los retiros previsionales del pasado. La economía estará mostrando crecimiento bajo e incluso negativo. En ese escenario. el cuestionamiento a la legitimidad del triunfo y las culpas cruzadas pueden llevar a un escenario de aún mayor incertidumbre, cuyo costo será asumido por la población a través de mayores tasas de interés e inflación más persistente. Es momento de trabajar desde ya en alternativas de salida que sean viables políticamente, enmarcadas en los acuerdos tomados en el pasado.

 

Jorge Selaive
Académico Depto. Administración