GPM recomienda reducir tasa de política monetaria en 50 puntos base y situarla en 6,0%

En su tercera reunión de 2024, los expertos del Grupo de Política Monetaria, reunidos en la FEN Uchile,  Eugenia Andreasen (FEN Uchile), Tomás Izquierdo (Gémines), Andrea Tokman (Quiñenco), Juan Pablo Medina (Universidad Adolfo Ibáñez) y Carlos Budnevich (Universidad de Los Andes), recomendaron, en votación dividida, al Banco Central recortar la Tasa de Política Monetaria en 50 puntos base, y situarla en 6,0%.

 

Según indicó el vocero del grupo, Juan Pablo Medina, la economía mundial ha tenido un proceso desinflacionario sin grandes costos en términos de actividad y demanda, dado que ha sido facilitado por la reversión de varios factores que incidieron en su aumento durante el 2021 y 2022. Sin embargo, la consolidación de una estabilización de la inflación en torno a los niveles objetivos de los bancos centrales no ha terminado, “lo cual ha implicado que las políticas monetarias todavía se mantienen en terreno contractivo en una gran parte de las economías”, apuntó .

 

A nivel interno, indicó, se ha observado patrones similares con una economía chilena que ha recuperado dinamismo. “Si bien la inflación no ha terminado de situarse de manera permanente en 3%, sus perspectivas apuntan a que lo anterior se lograría en la primera parte del próximo año. Con ello, el proceso de normalización de la política monetaria hacia un nivel neutral debiera continuar en los próximos meses, pero donde la magnitud de los recortes en la tasa de interés rectora debiera depender de cómo los datos macroeconómicos impactan en la consolidación de una inflación en 3%”.

 

Para los expertos, el escenario internacional más reciente ha sido caracterizado por un gradual proceso de reducción inflacionaria que se ha logrado sin una recesión global, pero donde persisten variados riesgos tanto para la dinámica de precios como para el crecimiento tendencial. A mediados de abril, el FMI entregó sus perspectivas para la economía global destacando la resiliencia de la actividad en medio del proceso de reducción de la inflación que ha requerido políticas monetarias contractivas. Así, el FMI predice que el crecimiento mundial tendrá una expansión de 3,2% en el 2024 y 2025, misma cifra que la expansión durante el año pasado. Además, el pronóstico para 2024 es levemente mayor que lo previsto en los reportes de enero pasado (+0,1 pp) y de octubre del año pasado (+0,3 pp). Sin embargo, el FMI hace notar que este ritmo de expansión global está por debajo de promedios históricos. Varios factores inciden en los pronósticos de una expansión de la actividad global más débil que los promedios de las últimas décadas. Entre ellos, destacan los costos de endeudamiento aún elevados, el retiro del apoyo fiscal en varias economías, efectos adversos de más mediano plazo del COVID-19, de la invasión rusa de Ucrania y el conflicto en Gaza e Israel. También el FMI alerta sobre un débil crecimiento de la productividad y una creciente fragmentación geopolítica que afecta adversamente el comercio internacional.

 

En su comunicado indicaron que el escenario internacional más reciente ha sido caracterizado por un gradual proceso de reducción inflacionaria que se ha logrado sin una recesión global, pero donde persisten variados riesgos tanto para la dinámica de precios como para el crecimiento tendencial. 
 

Medina apuntó que a mediados de abril, el FMI entregó sus perspectivas para la economía global destacando la resiliencia de la actividad en medio del proceso de reducción de la inflación que ha requerido políticas monetarias contractivas. Así, el FMI predice que el crecimiento mundial tendrá una expansión de 3,2% en el 2024 y 2025, misma cifra que la expansión durante el año pasado. Además, “el pronóstico para 2024 es levemente mayor que lo previsto en los reportes de enero pasado (+0,1 pp) y de octubre del año pasado (+0,3 pp). Sin embargo, el FMI hace notar que este ritmo de expansión global está por debajo de los promedios históricos. Varios factores inciden en los pronósticos de una expansión de la actividad global más débil que los promedios de las últimas décadas. Entre ellos, destacan los costos de endeudamiento aún elevados, el retiro del apoyo fiscal en varias economías, efectos adversos de más mediano plazo del COVID-19, de la invasión rusa de Ucrania y el conflicto en Gaza e Israel. También el FMI alerta sobre un débil crecimiento de la productividad y una creciente fragmentación geopolítica que afecta adversamente el comercio internacional”.

 

PANORAMA INTERNO

En el ámbito interno, el GPM concordó en que  la actividad y demanda se han venido recuperando, aunque la fortaleza y duración de este proceso sigue un tanto incierto. Luego de que las cifras de actividad de enero y febrero fueran mayores a las esperadas, el dato de marzo fue un tanto más débil de lo anticipado. En particular, el Imacec de marzo de 2024 creció 0,8% en comparación con igual mes del año anterior, mientras las expectativas de analistas consultados en abril por el Banco Central anticipaban una expansión anual del Imacec de marzo de 2%. No obstante, la cifra de marzo no alteró la evaluación de que la variación interanual del PIB del primer trimestre estuvo en torno a 2,5%. A nivel sectorial también se observan ciertas divergencias. El sector construcción sigue bastante debilitado, condicionado por una menor demanda y tasas de interés elevadas para los créditos hipotecarios. En contraste, el sector minero tuvo una recuperación de producción sustancial en marzo y también está influenciado favorablemente por el alza reciente del precio del cobre. El sector comercio mostró un menor dinamismo en marzo en comparación a meses previos y una percepción de menor demanda en abril según el IMCE. En el caso del sector industrial, también se observó una reducción en su dinamismo relativo a los meses previos. Con todo, las cifras del Imacec de marzo y sus perspectivas recientes, pusieron una nota de alerta sobre cuál será la velocidad de expansión de la actividad económica en lo que resta del año, pero no alteraron los pronósticos de un crecimiento del PIB en torno a 2,5% para el año en su conjunto.

 

El GPM apuntó que existe preocupación sobre los registros inflacionarios de los últimos meses, los cuales han resultado mayores a los previstos, postergando la esperada convergencia de la inflación anual a la meta de 3%. Luego de las grandes sorpresas en la inflación de febrero y marzo, la inflación de abril de 0,4% fue levemente superior a las expectativas de consenso que predecían una variación de 0,3%. De igual forma, se observó un alza en la inflación interanual en abril relativa a la experimentada en marzo, desde 3,7% a 4% según el INE o desde 3,2% a 3,5% según empalme del Banco Central. “Afortunadamente, la inflación anual subyacente (IPC sin volátiles según empalme del Banco Central) ha continuado descendiendo gradualmente, llegando a una cifra de 3,5% en abril (3,7% en marzo y 4,2% en febrero). Sin embargo, y de igual modo a lo observado en otras economías, la inflación de servicios es la que ha mostrado más dificultades para descender a niveles coherentes con la meta. De hecho, la inflación interanual del IPC de servicios sin volátiles según empalme del Banco Central se ubicó en 5,4% a abril, mientras que el mismo indicador para el caso del IPC de bienes sin volátiles fue de 1,1% en igual mes”.

 

Estos registros inflacionarios más adversos de los previstos en los meses recientes, explicaron, han redundado en un aumento en las expectativas para la inflación al cierre de este año y a un año plazo. No obstante, dijeron, “es destacable que las expectativas de inflación a dos años se han mantenido en 3%. Además, junto con otros factores más globales con respecto al valor global de la moneda americana, la reciente alza en el precio del cobre y una disminución en el riesgo país han propiciado una apreciación del peso relativo al dólar. Así, el valor del dólar ha caído desde una cotización en torno a 980 pesos a fines de marzo a un valor en el rango de 900-910 pesos en los días recientes. En la medida de que estos factores impliquen una atenuación más permanente del castigo que evidenciaba el peso chileno, podría transformarse en una muy buena noticia para las perspectivas de los precios internos, pudiendo ayudar a esperar registros inflacionarios más acotados y una convergencia más rápida de la inflación a su meta de 3% en los próximos meses”. 
 

En este contexto, donde la normalización de la política monetaria hacia una instancia neutral debiera continuar en los próximos meses, en esta oportunidad el GPM recomendó reducir la TPM en 50 pb para situarla en 6,0%.


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