Economía en tiempos de polarización

* Publicada en diario El Mercurio el 6 de noviembre.

 

Chile enfrenta la próxima elección presidencial con el mayor nivel de polarización desde la vuelta a la democracia. Hoy, los candidatos con posiciones extremas presentan las mayores preferencias. Esto tiene consecuencias en lo social y en lo económico. Es dificil encontrar de qué forma este escenario puede ayudar a generar buenas políticass públicas en un mundo que no es blanco ni negro.

 

Para nosotros, la polarización no es nueva, pero al parecer no aprendimos la lección. Nos hizo pasar por cuatro modelos económicos diametralmente distintos, desde 1958 a 1989. En este periodo de experimentación, tuvimos a Alesandri con un capitalismo protegido, a Frei Montalva con un mayor rol del Estado y cooperativas, a Allende centrado casi totalmente en el Estado y la dictadura con una economía de mercado "laissez faire". Con pequeñas diferencias electorales, podíamos cambiar radicalmente el rumbo de nuestra economía. ¿Quién puede crecer y dar bienestar al país con tal dispersión proyectos?

 

Al leer los programas de los presidenciables, recordé nuestra historia económica. En la propuesta de un candidato se lee: crearemos 16 empresas constructoras públicas, crearemos 16 ferreterías públicas-populares, una empresa de telecomunicaciones pública: mientras que en otro se habla de "capitalismo popular"n, bajaremos los impuestos a las empresas, no tendremos impuesto a la herencia ni contribuciones. Es difícil entender qué beneficios ofrece una ferreteria o una empresa constructora pública hoy en día, o quién puede pensar que cualquier problema se soluciona bajando los impuestos, sin generar una crisis fiscal como la que tuvimos a mediados de los ochentas.

 

Cuando se entra al detalle, más allá de las primeras frases grandilocuentes, como "No + AFP" o "quitaremos las rejas de las casas y las usaremos para construir más cárceles" hay ideas que dan esperanzas de encontrar caminos conjuntos en temas importantes. En pensiones, las propuestas de Apruebo Dignidad de aumentar la contribución, mantener cuentas de ahorro individual con derecho de propiedadm crear un ente autónomo que administre los fondos de pensiones centrado principalmente en la rentabilidad, mantener los actuales ahorros previsionales para pensiones, reconocer que la transición es compleja y plantear que las actuales AFP tendrán una transición de por lo menos 30 años, permitiéndoles no solo captar el actual 10%, sino el 6% adicional, es un esquema que perfectamente puede encontrar puntos importantes de acuerdo con el proyecto de pensiones presentado por el gobierno de la Nueva Mayoría, y que fuera rechazado plano por los mismos que hoy son parte de Apruebo Dignidad. Por su parte, en el programa "Atrévete Chile", la propuesta de salud, de un sistema de prestadores privados y Fonasa integrado, con un fondo compensatorio por el traspaso de riesgo de salud entre prestadores, no suena muy distinto a la propuesta original de la reforma de las isapres que fue elocuentemente rechazada por la derecha que actualmente apoya a José Antonio Kast.

 

Al abordar la factibilidad de tener los recursos para realizar los cambios sin desfondar al Estado, en el programa del diputado Gabriel Boric es difícil encontrar un área en la cual no debiéramos hacer cambios estructurales o profundos con importantes demandas de recursos. Pero estos requerimientos se expresan en términos generales, personas de apoyo, profesionales del área de la salud mental en los colegios, generación de empresas, mejoras de pensiones, mayor apoyo al sistema de salud, etc. Claro, hay gastos claros y contundentes, como US$ 8.000 millones para perdonar el CAE, US$ 8.800 millones anuales para una pensión base, pero estos montos se deben sumar a otros requerimientos difíciles de cuantificar. Para lograr mantener las cuentas fiscales ordenadas, como se dice en el programa, se plantea una reforma tributaria, que creo necesaria en cualquier contexto, y que se basa en propuestas que, en términos generales, han sido planteadas por sectores de centroizquierda, y también en algunos casos por técnicos de derecha. Ahora, no parece posible que recauden 8 puntos del PIB. Salvo que lo razonable conceptualmente se vuelva irracional al poner tasas que solo recauden una vez, pues destruirían el sector donde se les aplique.

 

Respecto del programa del exdiputado Kast, su mayores gastos son bajas importante de impuestos. La rebaja del IVA, primero de un 19% a un 17%, para luego llegar a solo 10% para financiar el gasto público, implica reducir en un 25% los actuales ingresos tributarios. A esto hay sumrle la rebaja de 27% a un 17% el impuesto corporativo, eliminar todo impuesto patrimonial, etc. Fácilmente, se puede llegar a una caída de la recaudación fiscal de un 30%. 

 

En términos fiscales, es difícil no pensar que cualquiera sea el proyecto que se implemente, terminaremos con una pesada carga fiscal. En un caso, debido a un alto gasto fiscal, y en el otro, por una caída drástica de los ingresos tributarios. Espero estar equivocado. 

 

La polarización no es culpa solo de quienes están en los extremos, sino también, y tal vez más, de quienes no hemos sabido construir puntos de convergencia. 

 

Alejandro Micco
Académico Depto. Economía