Recientemente el Decano José De Gregorio participó en un panel donde se discutió sobre las fuentes del aumento inflacionario en América Latina, sus consecuencias para el crecimiento y las opciones disponibles para las autoridades fiscales y monetarias.

Este encuentro, organizado por American Enterprise Institute (AEI), también contó con la participación de Ilan Goldfajn, Director Western Hemisphere Department, International Monetary Fund y ex director del Banco Central de Brasil; Steven B. Kamin, Senior Fellow, AEI y Fernanda Nechio, Vice President Sustainable Growth Research, Federal Reserve Bank of San Francisco. 

En su intervención frente al panel, el decano De Gregorio realizó un análisis de la evolución que ha experimentado la inflación de latinoamérica (tomando como ejemplo cinco países del continente) en comparación con otras economías más avanzadas a nivel mundial. 

“Lo interesante es que la creciente inflación en la región ha sido algo mayor que en el resto de estos países” señaló al respecto, ante lo cual manifestó que “es una preocupación”.

Si bien debido a la pandemia por Covid-19, los bancos centrales y los gobiernos nacionales, incluidos los de América Latina, introdujeron rápidamente niveles sin precedentes de apoyo fiscal y monetario. Casi dos años después, la inflación es ahora una preocupación clave para muchos países del mundo.

Las preocupaciones políticas y económicas asociadas con este aumento inflacionario son especialmente importantes en América Latina, dada la historia de hiperinflación, inestabilidad financiera y agitación política de la región. La necesidad de contener estas presiones sobre los precios complica aún más el desafío de mantener niveles de deuda récord en el contexto de la continua propagación de la pandemia, las deficiencias en el crecimiento económico y el próximo endurecimiento de la Reserva Federal. Las próximas elecciones en Brasil, Colombia y Costa Rica y una convención constitucional en Chile prepararon el escenario para un referéndum sobre la gestión de la economía por parte de los gobiernos.

“En el caso de Chile tenemos una depreciación compartida, que estuvo sumamente ligada a la incertidumbre política y esto empezó con la convulsión social de fines de 2019” añadió con respecto a este tema el decano.