En la reunión de septiembre, el Grupo de Política Monetaria recomendó al Banco Central mantener la tasa al 2,5%.
 

Esto considerando que “en el plano externo, se siguen asentando las mejores perspectivas económicas lideradas por las economías desarrolladas y, también, por algunas economías emergentes. Las condiciones financieras globales permanecen favorables y estables produciendo que las tasas de interés y los premios por riesgo sigan bajos, lo que sumado a la ausencia de presiones inflacionarias significativas, permite que los bancos centrales normalicen las condiciones monetarias en forma gradual y controlada. Por otra parte, la economía local sigue avanzando lentamente, con escenarios de riesgo que se han ido ampliando en el margen.
 

Asimismo, se destacó que “El IMACEC de octubre se expandió 2,9% en 12 meses, ligeramente bajo el consenso de mercado. En esta cifra, destaca el fuerte aumento del sector minero (11,1% a/a) que contrasta con el menor dinamismo que exhibe el resto de la economía (2,2% a/a). Por el lado cambiario, el peso se ha depreciado, mostrando un debilitamiento de cerca de 4% desde la última reunión de política monetaria. El alza en el tipo de cambio se explica en parte por la caída reciente del precio del cobre y por la mayor incertidumbre sobre las perspectivas futuras locales. Respecto de los precios, la inflación de noviembre se ubicó en 0,1% m/m (1,9% a/a), situándola por sexto mes bajo el piso del rango meta. Si bien se espera que los registros inflacionarios se mantengan acotados en el corto plazo, estos debieran ir convergiendo hacia el centro del rango meta durante el horizonte de planeación”.

A su vez, los economistas destacaron que  las expectativas de mercado parecen haber internalizado esta trayectoria. Con estos antecedentes, el GPM recomienda mantener la Tasa de Política Monetaria en 2,5% a la espera de nuevos antecedentes sobre la evolución de la actividad económica y las variables nominales claves.
 

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